¿Pero quién va a ir a un concierto en una gélida noche de domingo en febrero? Pues si es un concierto de MEDINA AZAHARA, vamos todos, o casi. La mítica banda cordobesa consiguió casi llenar el recinto cerrado de Las Ventas en su homenaje a TRIANA. Os contamos y mostramos cómo fue.

MEDINA AZAHARA en Live Las Ventas, Madrid, domingo 26 de febrero

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Noche de domingo en invierno, en concreto el pasado 26 de febrero. Poquísimos grados en la calle, aire gélido, y mañana, lunes, hay que madrugar y trabajar. Con este panorama, la propia banda cordobesa MEDINA AZAHARA, abanderados del rock andaluz en nuestro país, pensaban que estarían casi solos en el recinto cerrado que se ha instalado en medio de la bonita plaza de toros de Las Ventas de Madrid. El concierto se enmarcaba dentro de la extensa gira “Llegó El Día”, con la que están recorriendo España, rindiendo así un merecido homenaje al grupo que abrió el camino de ese rock de raíces sureñas, y de cuya fuente bebieron estos músicos… para convertirse después en los representantes indiscutibles del género.

Pues bien, quedó comprobado el poder de convocatoria que mantienen los cordobeses desde hace muchas décadas. El recinto casi se llenó de enfervorizados fans que se saben sus canciones de principio a fin, y que, casi con toda seguridad, han estado antes en muchos otros conciertos de MEDINA AZAHARA. No importó eso ni el horario complicado para el evento. A las 9 de la noche del congelado domingo, todos los asistentes empezaban a emocionarse cuando se empezó a escuchar el sonido de una guitarra, y una voz “en off” nos recordaba quiénes fueron TRIANA, quiénes son MEDINA AZAHARA a día de hoy, y por qué todos estábamos allí.

Y por fin salieron músicos al escenario, primero la banda de apoyo, compuesta por Fernando Prats Cazallo en la batería, Álvaro Coronado al bajo, July Abad Cebrián haciendo los coros, y Yolanda Mozos en la guitarra acústica. La euforia estalló cuando aparecieron los tres titulares: Paco Ventura a la guitarra, Manuel Ibáñez en los teclados, y el incombustible Manuel Martínez en la voz principal. Desde luego, lo de Martínez es un caso a estudiar, porque, si bien sus compañeros demostraron estar en buena forma física y musical, lo de este veterano cantante de setenta y dos años es digno de elogio. Delgado y fibroso como siempre, cargado de energía y manteniendo la voz impecablemente.

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Comenzaron, como vienen haciendo en esta gira, con la primera parte en que homenajean sin tapujos a TRIANA, el mítico trío sevillano que en los años 70, y a principios de los 80, supieron crear un estilo totalmente nuevo, fusionando de forma perfecta el rock progresivo con el flamenco más clásico. En esta primera parte desgranaron perlas como “El Lago” e “Hijos del Agobio”, tal vez en un ritmo algo más lento al que nos tienen acostumbrados. Tras los primeros piropos del público a un emocionado Martínez, que se mostraba agradecido a nuestra presencia, “Desnuda la mañana” sonó después de un sentido discurso del cantante sobre su recuerdo de TRIANA, y aquí Yolanda Mozos nos regaló un bonito solo en su guitarra clásica.

“Una Noche de Amor Desesperada”, “Sentimiento de Amor” (con un entrañable momento de recuerdo a Jesús de la Rosa, cantante y compositor de TRIANA), “Sé de un Lugar” (ésta no necesitó presentación, la gente la cantó desde el principio, sin invitación de nadie), “Señor Troncoso” (con aire más andaluz que las demás), “Llegó el Día” (también recordando a Jesús de la Rosa, y comenzando con un melancólico solo de Ibáñez)… Pieza a pieza, iba cayendo el homenaje completo, en el que el público estaba agradecido y entregado, pero se notaba que estaba como esperando algo más… algo a lo que estaban más acostumbrados, de ocasiones anteriores.

En esta primera parte de homenaje, ya pudimos ver a la nueva base rítmica de la banda en acción. Tanto el baterista como el bajista parecían, de momento, algo más discretos que sus antecesores, que llamaban más la atención con sus bailes frenéticos y sus efectos especiales tocando los parches con los ojos tapados, respectivamente. Esta vez el papel de Álvaro y Fernando era más discreto, pero eso sí, muy sonoro y efectivo.

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Después de que Manuel Martínez nos descubriera su punto débil (preguntando cómo iba el partido del Barça), llegó un momento álgido cuando July Abad se adelantó en el escenario para interpretar el papel que desempeñó no hace mucho India Martínez en el aclamado videoclip, y así cantó junto a Martínez “Tu Frialdad”, con una voz muy aflamencada, pese a su indumentaria sexy y rockera. Este aire extremadamente andaluz siguió sonando en “Recuerdos de Una Noche”, con la guitarra acústica de Yolanda, tema en que Ibáñez nos mostró su teclado portátil y nos sorprendió cantando él mismo. Bueno, agradecemos su entrega, aunque nos pareció que mejor se debe quedar en sus teclados, los cuales domina como nadie en este país (por eso le han premiado en numerosas ocasiones), y (dicho con todo nuestro cariño)… mejor dejar que cante el jefe.

Y entonces, “se acabó el homenaje a TRIANA, y vamos a lo nuestro”. Eso debió pensar no solo el grupo, sino también el público, que estalló en júbilo cuando Paco Ventura arrancó de sus cuerdas las primeras notas de “Paseando por la Mezquita”. A partir de aquí, Martínez tuvo menos trabajo, porque sus extasiados fans lo cantaron todo. Sonó el ya mítico himno “Córdoba” (del que Manuel recordó que fue elegida como la Mejor Canción de Rock del año en la VIII edición de los Premios de la Música, en 2004, cuando los supuestos “expertos musicales” daban por muerto al rock andaluz).  “No quiero pensar en ese amor”, “Palabras de Libertad” y, por supuesto, “Necesito respirar” (en la que Ventura sacó a un niño del público a “tocar” su guitarra con él), fueron el éxtasis final.

Tras una brevísima pausa, los bises fueron la guinda del pastel. “Abre la Puerta” (con un escueto solo de batería), “Todo Tiene Su Fin” (con la imponente entrada de guitarra de Paco, que había estado brillante como siempre durante toda la actuación, igual que Ibáñez en sus impolutas teclas), “A Toda Esa Gente”, y una recta final apoteósica, con la presentación de cada miembro. Cada uno de ellos nos mostró sus tendencias musicales en unos pocos segundos de protagonismo: Yolanda Mozos hizo sonar música flamenca. July Abad se desmarcó con “Highway To Hell”, de AC/DC. Álvaro Coronado eligió “Another One Bites The Dust” de QUEEN, y Fernando se arrancó con “The Eye Of The Tiger”, de SURVIVOR.

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El final fue como siempre: primera gran ovación para Ibáñez, el mejor teclista de España, que se despidió con “The Final Countdown”. Otra gran ovación para Ventura, que hizo lo propio con el “Beat It” de Michael Jackson, y que todo seguido pronunció su consabido discurso para presentar a un emocionado Martínez. Y éste, como hemos visto tantas veces ya, finalizó con las que ya son sus cuatro palabras mágicas: “felicidad, amor, paz y libertad”.

Tras más de dos horas de descarga ininterrumpida, vimos a un grupo que, pese a practicar un género que para algunos está ya caduco y es cosa del pasado (sí, muy discutible, viendo este éxito de una noche de domingo de invierno, por ejemplo), sigue siendo un grupo unido, muy bien coordinado (pese a dejar claro que son tres miembros destacados y su banda acompañante, lo cual no es malo, es lo que hay y ya está), incansable, en un gran escenario que les dio una calidad de sonido impecable y la oportunidad de brillar como siempre, e incluso más.  Van camino del medio siglo de carrera, siguen casi igual que cuando empezaron, o cuando se incorporaron (según cada músico), se mantienen en forma y frescos, enérgicos y muy capaces, pero no cambian la esencia ni las ganas…. y eso es bueno. Por eso sus leales fans les siguen a todas partes y literalmente les idolatran.

Enhorabuena a MEDINA AZAHARA por su increíble entrega constante, y a los organizadores del concierto y personal responsable de la plaza de Las Ventas, por hacer que todos estuviéramos tan a gusto y lo pasáramos tan bien.

Texto: Mar Fuertes / Fotos: César Lorenzo

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