Crónica del conciertazo de Gluecifer en Madrid

Os contamos cómo fue el conciertazo de los renacidos GLUECIFER en Madrid, muchos años después de nuevo en sala en la capital, y demostrando porqué siguen siendo los reyes del rock escandinavo, al menos en directo. Os lo cuenta Esquitino y os lo muestra Angeles:

GLUECIFER + KOSMIK BOOGIE TRIBE (viernes 25 de noviembre de 2019) – Sala But, Madrid

GLUECIFER

Impresionante el regreso en gira de los legendarios GLUECIFER a Madrid en este caso. Cierto que en 2018 ya pudimos disfrutar en nuestro país de su “inesperada” reunión, en el Azkena, pero en gira y en sala hacían casi 14 años que no les veíamos de nuevo y había muchas ganas, ¡y por su parte también!, como reiteraron ellos mismos en varios momentos del show.

Reconozco que, siendo un gran fan del rock escandinavo, siempre he tirado más hacia el punto más netamente macarra de BACKYARD BABIES o por supuesto papá MICHAEL MONROE / HANOI ROCKS, además de los primeros HELLACOPTERS, que el toque más “formal” de GLUECIFER. Nada, craso error porque cualquier banda mítica, siempre lo digo, lo es por algo. Biff Malibú, Captain Poon y compañía nos volaron los sesos en una noche de las que años después recordaremos como inolvidable. Y la sala hasta arriba de viejos roqueros, como me gusta comprobar aunque a veces me “engañe” diciendo que me encanta ver sangre nueva en los bolos… que me gusta realmente, una cosa no quita la otra, pero ya me entendéis, ver a la vieja guardia, en este caso del rock garajero y punkroquero, pues mola mucho.

Y ellos como si nada, en el buen sentido, dándonos cera desde el minuto último hasta el final con una aceleradísima versión del “Nice boys (don´t play Rn´R)” de ROSE TATTO que ponía cierre a una gran noche de rock n roll con pelotas, sudor y actitud, como debe ser. Subir, tocar y poner la sala patas arriba, punto, y todos a casa sudados y con una gran sonrisa en el rostro. Y entre medias acordarse de las primeras veces que vinieron a España allá por el 96 en uno de los Festimad (cuando aquel festival era obviamente otra cosa) de entonces. Recordar con mucho cariño al fallecido Kike Turmix, uno de sus primeros mentores y cicerone aquí en España, o sencillamente enchufar las guitarras al 11 y a sudar con esa clase elegante de los buenos y los tipos auténticos de verdad.

KOSMIK BOOGIE TRIBE

Vale, reconozco que al final me pierden las guitarras sucias y crudas, el tono más netamente punkroquero clásico (el rollo de patinete y/o alternativo nunca fue de lejos lo mío, y cuando GLUECIFER se acercaron un poco a eso, en canciones puntuales, sin duda fueron los “bajones” del show) y es genial ver una sala llena de veteranos de la escena (con mucho público hoy de fuera de Madrid, por cierto) puño en alto y coreando todos los temas, cantando estribillos, ¡hasta haciendo crowsurfing!

Bien bien, que muchas veces hemos perdido la actitud en los conciertos y no puede ser. Y recuerdos, muchos recuerdos y felicidad en las caras de los presentes, pensando en aquella vez que vieron a la banda en el 96, 98, primeros 2000 y demás ya fuera en España o en festivales europeos o en la gira de turno o en aquel viaje cuando éramos más jóvenes, no teníamos niños ni vidas “normales” fuera de nuestra pasión por el rock.

Por cierto, un placer ver a músicos de bandas como LEATHERBOYS, lo que fue SWEET LITTLE SISTER o MAGGOT BRAIN y algunas más entre el público. Pero empecemos por el principio, que los teloneros que les acompañaban, también noruegos, también me resultaron muy interesantes. No les conocía de hecho, y muchos de los presentes ni sabían que tocaban (que no se había anunciado mucho) y por eso a las 20:20 cuando empezaron su breve set (tocarían poco más de media hora) estos KBT la sala estaba aún a medias. Por cierto, el nombre se las trae… si tú lo sabes pronunciar/escribir bien te doy un premio…

KOSMIK BOOGIE TRIBE

KOSMIK BOOGIE TRIBE

No importa, allí salieron estos jóvenes amantes tanto la escena escandinava como del rollo australiano (con AC/DC a la cabeza) para calentar a tope el ambiente. Curioso que, pese a tener “cantante” según el tema se alternaban las voces los dos guitarras o incluso el batería. Gorras negras, medias melenas, bigotes nórdicos, tipos altos y desgarbados y camisas horteras imposibles para comenzar a dar cera. Quizás un poco repetitivos en la propuesta, pero para abrir boca fueron excelentes y se llevaron unos cuantos nuevos seguidores sin duda… aunque no hay color, por comparación lógica, con cuando salieron GLUECIFER.

Fueron poco más de 30 minutos de caña rocanrolera, con algún puntito stoner también, presentando varios de los temas de su último disco, bajo el curioso título (tras particular portada también) de «We´re not here to fuck spiders», el tercero de su carrera si no me equivoco. Además de con la camisa de leopardo del cantante, y la cinta ochentera del pelo a lo Mark Knopfler roquero de uno de los guitarristas, me quedo sin duda con canciones como «Dirty farmer» o «Living the dream», que dejaron el pabellón bien alto y el ambiente perfectamente caldeado para lo que se nos venía encima.

Vemos sus fotos en este enlace o debajo en el slider:

GLUECIFER:

GLUECIFER

Ya con la sala hasta arriba y sin haber llegado las 21:00 comenzaba la divertida noche roquera de la mano de estos genios y míticos representantes del rock guitarrero, macarruzo y cuasipunki escandinavo. Increíble la mezcla de guitarras sucias y limpias, el punto de la base rítmica superbásica pero a la vez muy preponderante y ese rollazo del «oficinista» Biff Malibú, elegante chaqueta blanca de padre en ristre para empezar, que no te lo imaginas de rockstar pero después tiene más rock n´roll en las venas que todos los presentes.

¿Están más viejos? Sí y no, que por un lado el paso del tiempo es inevitable, pero no, el rock rejuvenece, le sienta bien al cutis y a las articulaciones y una vez fuera de vicios, excesos y años locos sigue quedando lo mejor. Destacar que han vuelto prácticamente con la formación clásica al completo, con el único cambio del bajista, pero allí andaban sobre el escenario Biff, Captain Poon, el ahora bigotudo Raldo Useless y el un orondo Danny (cada vez menos) Young.

Puro rock n´roll made in Oslo sobre el escenario de la But, del que patea culos, rompe cuellos y demuestra una y otra vez que los estilos de moda se crean y se destruyen, y las bandas de mierda pasan de largo mientras que los clásicos se suben a las tablas y te demuestran la cuadratura del círculo, que los huevos fueron antes de las gallinas y que esto es sólo rock n´roll pero que si lo sabes hacer mejor que nadie seguirás sin tener rival cuando te reúnas años después. Y sí, en sala siempre mola mucho más.

Gluecifer

Nada, sala hasta arriba y ellos a demostrar que el cetro sigue estando en Oslo… y que lo comparten gustosos con nosotros. Desde «A call from the other» y los primeros trallazos como «Get the horn»,  una casi country (en su rollo, jeje) «Reversed o sobre todo «I got a war» desatando la «batalla» en la sala, que se caía. Entonces se nos ponen tiernos recordando sus primeras veces a mediados / finales de los 90, y a su mentor Kike Supermix, y es el momento de mirar a sus inicios para a seguir dándonos caña… «Ducktail heat», «Brutus»…

Vamos cerrando la primera parte del bolo con la gente como loca y ellos encantados. Por cierto, me gustó el rollo de la pantalla trasera mezclando imágenes así generales preparadas, logo del grupo y tal con imágenes del concierto como tal, a modo de pantalla del bolo convencional por decirlo así, muy chulo. Era «Black book lodge» la que ponía rabiosamente el punto final a esta primera parte del show, ¡y qué temazo y cómo sonó!

Llegan los bises y ahí que sale Captain Poon vestido de Capitán Rock, gorra incluida, de blanco y más actitud aún que antes para seguir demostrando que el rock de verdad de muerto no tiene nada. Se acuerdan de CHEAP TRICK antes de acometer «Bossheaded» y sobre todo nos recuerdan que son de Oslo y que su ciudad es/era la hostia (supongo que lo mismo que pasa/pasaba con Madrid). Y nada, a ritmo brutal de «Desolate city», de sus primeros años, y sobre todo la inmensa y adrenalítica versión del «Nice Boys» de ROSE TATTO (y GN´R, que a nadie se le olvide la versión que nos marcó a muchos en los 90) para dar carpetazo a un bolazo.

Gluecifer

En estos tiempos tan duros que nos ha tocado vivir, con esta sociedad tan enferma que tenemos alrededor, las complicaciones que vienen y lo duro que se está haciendo esta «democracia» que nos está tocando vivir, es mano de santo meternos dos horas o las que sean en una sala y acordarnos de por qué el rock n´roll es tan grande y de que la música en directo sigue siendo el mejor reconstituyente y antídoto que existe contra los malos… tiempos.

Sinceramente funciona… ¡gracias, GLUECIFER!

Texto: David Esquitino / Fotos: Ángeles Salmerón

Vemos la galería de fotos de GLUECIFER en este enlace o debajo en el slider:

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