Como muchos sabéis, o deberíais saber, cubrir completo un festival tan grande, por un lado, y tan variado, por el otro, como ViñaRock, es materialmente imposible. En este artículo (dividido en dos partes) os contamos cómo ha sido la edición de 2018:

Nubarrones y algunos claros en Viñarock 2018 un año más

Esta vez hemos optamos por daros una visión general y centrada en los grupos, momentos y situaciones más cercanos a nuestra línea editorial y lo que propugnamos en Redhardnheavy: rock, punk y metal. Por ello, con todos los respetos, por supuesto, para otros estilos como el Hip-Hop, pop, música electrónica y demás, un año más nos centramos en la parte más netamente roquera del festival (que es como nació, ojo, que muchas veces se nos olvida).

Nubes y claros en el Viña

Eso sí, no podemos dejar de reseñar que son unas 80.000 personas cada día las que se acercan a un festival como ViñaRock, y este año no ha sido una excepción, con lo que está claro que todos los escenarios están hasta arriba y que todas las propuestas cuentan con gran aceptación en el festival.

Nosotros nos movemos en tesituras roqueras, punkis y metaleras, pero eso no quita para que conciertos como LA PEGATINA, MUCHACHITO o los grandes del hip hop como TOTE KING sean a día de hoy las más numerosas del Viña, ¿qué le vamos a hacer? Aún así seguimos resistiendo los roqueros y ofrecer lo que mejor sabemos hacer: buena música y una actitud que, y más en estos tiempos oscuros y difíciles, se aprecian y valoran aún más. ¡Y sin dejar de divertirnos!, que una cosa no quita la otra.

Introducción:

Un año más nos dejábamos caer por la ciudad manchega de Villarobledo para poder contaros que tal sigue creciendo ese mastodonte llamado Viñarock, uno de los festivales más longevos y multitudinarios del Estado. Mucho ha cambiado en estos años, las cosas como son, aunque el grosso de los estilos musicales sigue siendo la bandera de este festival de arte-nativo.

DESAKATO entre el público del Viña

Viñarock tiene algo curioso y es que cada año hay novedades, algunas mejoras en cuanto a infraestructura, pero llegan muy poco a poco. En cuanto a la zona de acampada sigo teniendo esa sensación de que existe prácticamente un abandono, aunque este año he podido ver que en algunas zonas los baños químicos no eran tan insufribles como en ediciones anteriores… algo es algo.

Otra cosa son las condiciones del interior del recinto, una enorme explanada que se convierte durante unos días en un gran complejo que poco le falta para ser un parque de atracciones para festivaleros. Pero siempre echaré de menos en Viñarock que haya vasos reciclables, que los hay, pero sólo cuando cambias 40€ en “tuents”, la moneda del festival. Total, que no disminuye el consumo y despilfarro de plástico un ápice. Esto es algo que funciona muy bien en otros festivales y se mantienen notablemente más limpios.

Continuemos con nuestro periplo viñarockero… Antes de arrancar definitivamente, querría quejarme de alguna manera y tener una pataleta con respecto a las trabas que hemos tenido los medios de comunicación para poder desplazarnos por las tripas del festival. Normalmente el Viñarock se ha caracterizado por ser bastante más condescendientes en estos aspectos, pero este año nos lo han puesto realmente difícil en nuestra tarea, por eso faltarán bastantes bandas interesantes por fotografiar. Pierde el público, pierden los propios medios, pierden los grupos y al final, aunque a ellos quizás no se lo parezca, por supuesto que pierden también los propios festivales, organizadores, promotores… Qué lastima que parece que nadie se da cuenta de que con estas cosas y este trato no gana nadie.

Llenazo nocturno

Tirón de orejas porque, cuantas más dificultades se nos pone a los medios, personalizado en los fotógrafos en este caso, peores artículos y crónicas se hacen, con lo que es contraproducente para todos: se trabaja mal, se promociona peor, la predisposición es mala y la sensación, una vez más, de que los medios somos la última mierda aquí no creo que eso beneficie a nadie. Por favor, que no sea el Viña, ahora también, otro de los festivales a los que los medios especializados le tengamos que poner la cruz (obligados, no por gusto) porque el trato hacia nosotros sea cada vez más deficiente y las facilidades para hacer nuestro trabajo casi inexistentes.

Y ahora sí, hablemos de música. Este año el Viñarock no se ha caracterizado por sonar especialmente bien, pero es cierto que hace tiempo que el buen tiempo no nos acompaña en la tierra de Don Quijote y, aunque hubo algún chaparrón y nublado general, lo que más tuvimos que sufrir fue el viento, mal amigo del sonido en directo. Además de algunas dificultades técnicas que, por ejemplo, se lo hicieron pasar fatal a actuaciones tan especiales como la de STRAVAGANZZA que, pese a tener preparado un montaje especial (con coro incluido), se quedó en muy poco…

Viernes / fiesta de presentación:

Púa Viña

Algo común en muchos festivales hoy día es hacer un día de calentamiento, en el que hay algunos conciertos y eso ayuda a que la gente llegue al festival de manera algo más escalonada y que para los más tempraneros no se les haga tan larga la espera de la puesta en marcha. Ese día de presentación no quiere decir que sea un día flojo en cuarto a cartel, pues este año contamos con GATILLAZO, PONCHO K y CHE SUDAKA como nombres destacables, aunque también se sumaron a esta fiesta de bienvenida FUNKIWIS, BATRACIO y D´CALLAOS. De todo y para todos en la fiesta de presentación, aunque está claro que cuando Evaristo y compañía se suben al escenario, poca broma y total aceptación, reverencia mediante, a una de nuestras bandas más grandes del estilo… y lamentablemente de nuevo en el candelero por cuestiones feas.

¿Vamos con la segunda parte del artículo y la crónica del Viña Rock 2018 en sí? Lo tienes pinchando en este enlace…

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