THEORCHESTRA (featuring ELO members): Martes 26 de Julio 2016 – Noches del Botánico (Madrid)…

E.L.O, gato por liebre, en las NOCHES DEL BOTÁNICO

La ELECTRIC LIGHT ORCHESTRA, pese a publicitarse en los carteles y en los propias entradas del evento como THE ORCHESTRA (con los miembros originales) aterrizaron en Madrid sin sus miembros fundadores Roy Wood (guitarrista, vocalista y compositor) Richard Tandy (bajista) y sobre todo, Jeff Lyne, a la sazón, alma máter, guitarrista y cantante de la formación durante su periodo más exitoso, que duró desde 1971 a 1983.

En su lugar venía una orquesta de viejos zorros curtidos en mil batallas, comenzando por el espectacular Eric Troyer (teclados y voz), quizás el músico más solvente y resolutivo de este septeto nostálgico y un poco carroza… que vive de las rentas, sin el menor reparo. Le acompañaban Lou Clark (teclista y arreglista) junto a su hijo, de nombre similar con el consabido Junior al final (Louis Clark Junior), para diferenciarse de su viejo, al cello eléctrico. Junto al violinista  Mik Kaminski, eran los dos únicos supervivientes a toda la vorágine de los años setenta, con el rock progresivo primero y la irrupción de la música Disco después.

Completaban la Orquesta Parthenon Huxley a la guitarra eléctrica, Gordon Townsed en la batería y Glen Burtinik con su bajo SG psicodélico, como cantante, bajista y frontman de la banda, derrochando simpatía y sonrisas por doquier. Cualquier profano en la materia, aseguraría que cuajaron un buen concierto, bastante aseado y repleto de grandes éxitos. Sin embargo, si nos marcamos la prueba del algodón y pasamos la lupa por el conjunto inglés, su recital se nos queda demasiado blando y light (eso lo sabíamos de antemano, todo sea dicho), pero también muy edulcorado y sobre todo, horriblemente frívolo para cualquier seguidor del ROCK (con mayúsculas) que se precie.

Se diría que en algunos temas, sus cortes más rocanroleros, les gustaría ser como STATUS QUO pero se quedan a medio camino; de igual forma que en otros, los supuestamente progresivos y sinfónicos, no llegan ni a la punta de los zapatos a grandes formaciones del género como SUPERTRAMP, ALAN PARSONS (ndr.: al que vimos pocos días antes en el mismo escenario, como os contamos aquí) o VANGELIS, pese a pretender contagiarnos de esas atmósferas. Eso sí, los ritmos triviales, al más puro estilo de «Fiebre del Sábado Noche» los clavan al dedillo, al igual que ciertos aromas surferos a lo BEACH BOYS.

En resumen, una velada para arrimar cebolleta con la parienta o la chavala que se tuviera al lado, dejándose llevar por la calida efusión de la añoranza en un recital un tanto baladí y superficial, cuyo puntero inicio, con “Evil woman” o “Roll over Beethoven” prometía algo más de chicha sonora. Nuestras ilusiones enseguida se desvanecieron y asistimos a un encuentro de diseño, sin calorías decibélicas, donde canciones como “All over the Word”, “Hold on Tight”, “Showdown”… hacían las delicias del respetable hasta llegar al éxtasis disco de “Xanadu” y echar el resto con baladas como “Telephone Line”. Almíbar melódico y más leña al mono, que es de goma.

De este modo, llegamos al Grand Finale con “Standing in the rain” y “Mr.Blue Sky”, antes de la regresión final a las pistas de baile de 1979, con “Last train to London” y “Don’t bring me down”. En definitiva, comienzo prometedor, ecuador entretenido y un estupendo final para una función de pura nostalgia para cincuentones pudientes y acomodados padres de familia de clase media… ¿El resto? Lo pasamos bien, sin más.

Texto: Fran Llorente

Fotos: Boliche Ángeles