Crónica de Roger Waters en Madrid, ¿Confortably numb?

A finales de mayo nos visitaba el gran Roger Waters en dos fechas en el antiguo Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid y aquí os contamos cómo fue, en nuestra opinión, el primero de los dos conciertos. Como casi siempre, unos estarán de acuerdo con el relato y otros no, ¿qué te pareció a tí? 

ROGER WATERS: Madrid, jueves 24 de mayo de 2018 (Wizink Center)

ROGER WATERS

Después de la grandísima gira rememorando “The wall”, de PINK FLOYD, hace unos años, la cual pasó también por el Wizink Center, el señor Roger Waters había dejado el listón tremendamente alto. Un show absolutamente descomunal con un montaje que actualizaba y mejoraba en todo visualmente la gira original de principios de los 80. De hecho ha sido posiblemente el montaje más grande visto en el antiguo Palacio de los Deportes, utilizando de un lado al otro todo el pabellón. Ahora nos volvía a visitar en la capital dos días seguidos (tras los conciertos previos en Barcelona unos días antes, en abril) con un show titulado “Us and them”, lo que hacía presagiar un grandes éxitos de PINK FLOYD, como así fue.

Lo primero que llamó la atención antes de empezar el show fue la gigantesca pantalla de cine (la más grande que he visto en un concierto creo recordar), donde proyectaban una imagen de una mujer mirando a un mar seco, cuyo sentido nos revelarían al final del show. Así de primeras no se veía nada más que la monstruosa pantalla y los instrumentos delante de ella, algo que nos hacía intuir que el show giraría en torno a lo visual. Con un recinto casi lleno se apagan las luces y el mar de la pantalla empieza a teñirse de rojo sangre mientras empezaban a sonar los primeros acordes de un “Speak to me” grabado a modo de introducción, y la imagen se haría una bola que a través del universo llegaría a la tierra y se pasearía por diversas ciudades ya con los primeros acordes de “Breathe” y con toda la banda sobre el escenario. La calidad de la pantalla era extraordinaria y las imágenes casaban perfectamente con una música que sorprendía de primeras pero hacía preguntarnos si estábamos en un concierto o en una simple sesión de cine aderezada por unos cuantos músicos.

La banda de Waters estaría formada por dos teclistas, un batería, dos guitarristas (con su ya inseparable guitar hero Dave Kilmister), y dos coristas. Mención especial para las coristas, con una voz prodigiosa, que tuvieron mucho protagonismo a lo largo del show. El sonido fue “perfecto” pero bajo, y nos daba la sensación de estar escuchando un CD de PINK FLOYD, lo cual sumado a la experiencia de cine nos alejaba un poco del concepto directo y nos ofrecía una experiencia más audiovisual que cruda.

ROGER WATERS

Continuarían con “Time” de su mítico “Dark side of the moon” donde su guitarrista Dave Kilmister destacó especialmente junto con los efectos de sonido 5.1 que sonaban por todo el recinto, los cuales sí que llamaban la atención por su buen volumen y sorpresa. Cerrarían la trilogía “Dark side” con “The great gig in the sky” donde ya empezaba a aburrir una puesta en escena realmente simple, grandiosa pero sencilla en el fondo, donde al final estabas viendo una película y escuchando exactamente lo mismo q en el CD. Aún así las dos coristas se salieron en éste tema, las cosas como son.

Los siguientes 3 cortes serían de la carrera en solitario de Waters, de la cual editó el año pasado su primer disco en 25 años “Is this the life we really want?”, pero demostraron que después de PINK FLOYD se le apagó la magia compositiva. Aún así en “Deja vù” se apagó la pantalla y por fin pudimos disfrutar algo de directo en el espectáculo con un tema pop-rock de lo mejor de su carrera en solitario. En “The last refugee” volveríamos a ver otra película con imágenes de una bailarina refugiada interesantes para ver por TV pero no lo suficientemente atractivas como para deslumbrarnos la visión en directo.

Con un “Wish you were here” especialmente bien recibida ya se centraría casi exclusivamente en PINK FLOYD, y con “Another brick in the wall” por fin empezaron a brillar más los efectos que las imágenes ofreciendo imágenes de la banda en rojo y negro muy interesantes artísticamente y que sí aportaban algo interesante al show. Además, como es costumbre subió al escenario un coro de niños de la ciudad.

Al acabar el clásico, y con sólo una hora transcurrida, nos sorprenderían a todos con un descanso de 20 minutos, no sabemos si para dar descanso a un Waters (que no olvidemos que tiene 74 años aunque no se le noten), pero aun así nos pareció un poco absurdo un descanso tan pronto. Además durante el parón nos taladrarían con unos mensajes “anticapitalistas” y hablando sobre refugiados y libertad que, la verdad, sonaban un tanto hipócritas en un concierto cuya media de entradas eran 90€, un precio y un tipo de público totalmente capitalista. Pero ése es otro tema y otro debate… De cualquier modo se agradece que se moje y el tinte social que siempre ha mantenido Waters en su carrera.

A partir de aquí no pararían de ofrecer imágenes sobre dirigentes malos del mundo, pobreza, etc. Algo que nos cansaría bastante y que sonaría muy reivindicativo y auténtico en la época de PINK FLOYD, pero que a día de hoy sólo suenan a palabras vacías de multimillonario para dar espectáculo y parecer concienciado con el mundo. Está claro que atacar a Trump y similares se agradece y queda muy auténtico y populista, dicho en el buen sentido en este caso, pero bueno, no impresiona ni posiblemente te llega como debería.

Después del parón, ahora sí, por fin pudimos ver algo de espectáculo fuera de la pantalla de cine, y así apareció una especie de pasarela a lo largo del pabellón que empezó a subir y a echar humo formando una gran fábrica con imágenes proyectadas a los lados que desembocaría en la presentación del disco “Animals”, con el tema “Dogs” con un efecto rojo en todo el recinto muy efectivo. Con “Pigs” mejoraría el concierto definitivamente y los integrantes de la banda ofrecieron un pequeño espectáculo teatral con máscaras de cerdo desembocando otra vez en reivindicación y crítica banal de los “cerdos” multimillonarios aderezado por imágenes de Trump, continuado con un “Money” que como podéis imaginar siguieron con imágenes de gente con mucho dinero aparte de dirigentes mundiales como el propio M. Rajoy… ya nuestro ex presidente (que suena muy bien decirlo).

ROGER WATERS

Lo dicho, aburrido para algunos el aspecto reivindicativo  aderezado con simples imágenes gigantescas. En el solo de saxo se hizo más interesante el juego visual con las pantallas centrales subiendo y bajando con diferentes efectos y tonos del arcoíris. Con “Us and them” volverían a usar la pantalla de simple portafolios de imágenes de guerra y paz, aunque la interpretación fue realmente sobrecogedora. Realmente creo que deberían haberse centrado más en la música y menos en las imágenes y las reivindicaciones. Pero está claro que el concepto de espectáculo de Waters va por ahí y eso es incontestable.

Se acercaría el final del concierto y nos ofrecerían por fin algo digno de recordar. Con “Eclipse” la pantalla se simplifica ofreciendo sólo imágenes de la letra, que no desvían la atención, y de repente nos dejaron con la boca abierta: unos extraños artefactos situados mitad del recinto empiezan a echar humo y en el punto más álgido de la canción unos láseres intensísimos recorren esos aparatos dejando una pirámide de luz que ocupa la mitad del Wizink Center, y realmente la impresión y la grandiosidad del conjunto corta la respiración. Además, a la vez otros láseres multicolores acaban arropando la pirámide formando el ya mítico logo de PINK FLOYD. ¡Impresionante!

Ya para el final Roger presenta a la banda y nos regala un “Mother” en acústico él solo muy bien arropado por las coristas, y con “Confortably numb” cerrarían el show con un solo de Dave Kilmister a la altura del gran David Gilmour. Buen final pero que no “salva” algunas partes más irregulares, a nuestro entender, de momentos previos. El público generalista salió del concierto como si hubiera sido el concierto de sus vidas, pero ya se sabe que en éstos tiempos de Instagram y Facebook para muchísima gente su último concierto es el mejor, y así se vanaglorian en redes sociales.

ROGER WATERS

Yo vi el en directo hace 10 años la gira de Waters rememorando el “Dark side of the moon” y el vídeo de su última gira de “The Wall” y me dejaron extasiado. Y por eso éste último show me decepcionó y me dejó la sensación de simplemente querer cumplir con un repertorio fácil de greatest hits y un show que se basaba en una pantalla gigante como si fuera una película y poco más.

Llegados a éste punto no está mal una reflexión de que más vale lo real y auténtico en directo que un espectáculo audiovisual “enlatado”. Eso sí, para gustos los colores, está claro, que para eso está el arcoíris y su variedad, con trasfondo de PINK FLOYD o no. Nosotros os contamos nuestra humilde opinión con la paleta de colores de la que disponemos.

Texto: Carlos Esquitino

Fotos: WiZink Center/ Víctor Frutos (¡gracias!)

Set list:

  • Breathe

    Cartel de la gira

  • One of these days
  • Time
  • The great gig in the sky
  • Welcome to the machine
  • Deja vu (Roger Waters)
  • The last refugee (Roger Waters)
  • Picture that (Roger Waters)
  • Wish you were here
  • The happiest days of our lives
  • Another brick in the wall (Partes 2 y 3)

(Descanso)

  • Dogs
  • Pigs
  • Money
  • Us and them
  • Smell the roses (Roger Waters)
  • Brain damage
  • Eclipse

Bises:

  • Mother / Confortably Numb

‘1‘

 

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