LITTLE CAESAR: Sala La Boite. Martes 24 de mayo de 2016. Madrid…

Ya podemos leer la crónica del conciertazo de LITTLE CAESAR en Madrid de hace unos días, cerrando además gira en la capital y ofreciendo lo mejor, que es mucho, de lo que pueden ofrecer sobre el escenario…

En estos tiempos en los que la situación económica, social y política es asfixiante y en los que piensas que no hay nada que pueda devolverte la fe en este mundo, no hay nada mejor que un buen concierto de rock para volver a engancharte a la vida. La verdad es que la música no para de darnos sorpresas, aunque sea con un grupo que lleva muchos años de vida y que ha pasado varias veces por nuestro país. Para mí era la primera vez que veía a esta banda americana en directo y de la que además, a pesar de su larga discografía, no había escuchado ningún disco entero. Culpa mía pero la ignorancia se puede curar. Solo hay que ver, escuchar y leer.

El mes empezaba a ser agónico y el calor se dejaba ya sentir en nuestra ciudad de manera alarmante para ser Mayo. Conseguimos llegar hasta el centro y refugiarnos en un bar frente a la sala para tomar fuerzas antes de la cita que teníamos en La Boite, que presentó una gran entrada y eso que hacía menos de un año que la banda había tocado en la misma ciudad y en la misma sala con gran éxito (ndr.: como os contamos también entonces). Pero LITTLE CAESAR son de esos grupos con unos seguidores fieles que siempre los van a ir a ver en cualquier ocasión y pase lo que pase. Y después de verlos en acción uno entiende el porqué…

Las puertas se abrían a las 21:30 horas y pasadas las 22:00 horas ya estábamos preparados para las casi dos horas de música con mayúsculas que estábamos a punto de disfrutar. La explosión de rock and roll y hard rock con toques bluseros y sureños funciona perfectamente cuando estos americanos se suben al escenario, y con su aspecto de auténticos calaveras que han vivido de todo, recorridos por tatuajes descoloridos y armados con sus intensas miradas, empiezan a descargar con toda la clase que atesoran. Al frente del grupo, Ron Young con una voz única, un micrófono de coleccionista y sin quitarse la gorra un segundo, se coloca al frente del escenario para saludar y empezar con una entrega tal que nadie pensaría que estaba recuperándose de una bronquitis. Problema confesado pero que de todas formas le dejó mostrarse en directo y hacer su trabajo rayando la perfección.

Loren Molinare fue un jefazo a la guitarra levantando a la sala cuando le venía en gana y ganándose el respeto de todos los que teníamos la suerte de verle por primera vez. Al bajo, el enorme y de larguísima perilla Pharoah Barret, con una sonrisa encantadora que daban ganas de abrazarle, y en la batería Tom Morris marcando el ritmo sin dejar que aquello desfalleciese ni un segundo. Y como última incorporación a la banda un histórico Alex Kane a la otra guitarra. Uno de esos personajes que tienen un currículo imposible de memorizar y que ha participado tanto en jams, como en tributos como en bandas de todo pelaje.

En esta ocasión la visita tenía como excusa la de presentarnos su nuevo álbum en directo, titulado «Live From Holland – Brutally honest», y así de paso poder tocar lo mejor de su larga trayectoria musical, un buen puñado de canciones llenas de feeling, calidad y rock and roll. Desde los clásicos de su debut como «Down & Dirty», «Rock&Roll State Of Mind» la versión «I Wish It Would Rain» de los TEMPTATIONS o «Hard Times», pasando por temas de «Influence» y «Redemption» como «Rum And Coke», «Supersonic» o la propia y muy sentida «Redemption», hasta temas de su última producción discográfica, el más reciente «American Dream” de la que tocaron el tema que da título al álbum y en la que Ron hablo por primera y última vez en toda la noche de política para decir lo que piensa de ese troglodita llamado Donald Trump.

También sonó el blues «Dirty Water» o una versión del «Nobody Said It Was Easy» de FOUR HORSEMEN. No dejaron de demostrar su simpatía por el público español señalando nuestra energía como motor de lo que los hace continuar después de tanto tiempo. Según Ron ellos no han inventado nada… Sólo han cogido lo que les gusta de sus bandas preferidas como CHUCK BERRY, THE ROLLING STONES o BAD COMPANY, lo han juntado y ha salido lo que hacen. No necesitan más y nosotros tampoco porque el resultando es una noche mágica de rock and roll que te hace olvidar todo lo que nos estaba esperando fuera de la sala, donde los sueños terminan.

Texto: Ángel Corral

Fotos: Boliche Ángeles

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