Crónica de EL DROGAS y la DESMEMORIA BAND en Madrid

EL DROGAS Y LA (DES)MEMORIA BAND: Madrid, miércoles 29 de Octubre de 2014, Teatro del Barrio.
No puede parar y se mete en todos los charcos. Así nos gusta que sea. El Drogas llegaba a Madrid con su (des)memoriada banda para seguir metiendo el dedo en la costra que algunos siguen teniendo en su cabeza. Venía a tocarnos algunos temas del disco “La tierra está sorda”, tan necesario para seguir dando voz a los olvidados, a los que perdieron, a los que no existen para los vencedores de la crueldad, para recordarnos y señalar quiénes son los ganadores en horror y contar las historias de quién luchó por la libertad. Además, el repertorio se completaba con canciones de “Alzheimer”, uno de los discos que componen el triple trabajo “Demasiado tonto en la corteza”. Juntaba así una desmemoria histórica junto a una desmemoria personal. Una enfermedad que hace olvidar a tus seres queridos junto a la enfermedad de la injusticia social. Pero de la misma manera que El Drogas dijo que, aunque tus seres queridos se olvidan de quien es uno, lo importante es que a uno no se le olvide quiénes han sido ellos, con el disco “La tierra está sorda” aportó su saber hacer y su profesión para que no se nos olvide tampoco que ocurrieron atrocidades, que hay muertos en cunetas con familiares con muchas heridas abiertas que desde las instituciones solo encuentran insolencia, de la mala.

Con estas ideas en mi cabeza la noche ya prometía ser intensa en emociones, pero ocurrió algo más. En el momento que escribo estas líneas ya es conocido públicamente por parte del afectado una desgracia que tanto yo como mi acompañante pudimos saber un momento antes del concierto. Por ello lo cuento, que ya es conocido por todos (si no, no lo haría por respeto al afectado y a toda la banda, por supuesto): El fantástico bajista de la banda, “Flako”, se enteró sólo unas pocas horas antes del concierto que su hermano había fallecido en un accidente de tráfico (ndr: motivo por el cual sí se suspendió el concierto del jueves, para el que estábamos acreditados inicialmente). Desde aquí, de mi parte y también de todo Corsarios del Metal/RedHardnHeavy queremos dar nuestro más sentido pésame y enviar nuestro deseo de ánimo y toda la fortaleza que se pueda en estos momentos. Y dar las gracias por la muestra de profesionalidad y esfuerzo que hizo por salir a tocar en esos momentos. La perra vida golpeaba fuerte y el rock and roll seguía. Un nudo en la garganta al ver su cara durante la actuación, muestra de su gran dolor en ese momento y me quedo sin palabras para explicar la complicidad que el resto de la banda mostró hacia él, en el momento de dejarle el último en la presentación que yo percibí como una muestra de cariño y sobre todo por el gran abrazo que le dieron todos al finalizar el concierto. Sus ojos brillaban… y los nuestros.
EL DROGAS Y LA DESMEMORIA BAND
Arrancaba el concierto con el teatro a oscuras, se encendieron unas lámparas puestas en el escenario y salía El Drogas a escena. Llevaba una maleta pesada que abría y colocaba delante de las primeras filas una buena muestra de diferentes libros sobre la guerra civil y su historia. Esos libros que son otras lámparas que encienden la bombillita de quien tiene la curiosidad de leerlos. En ese momento me llamó muchísimo la atención la cantidad de post-its que tenía cada libro marcando páginas. Reconozco que me hubiera encantado abrir uno porque seguramente estarían mucho más señalados, subrayados, estudiados. Por lo que está claro que la grandeza en las letras y composiciones de El Drogas viene de un trabajo intenso de documentación y ganas de aprendizaje. Es lo que se ve en cualquier actuación suya que, ya sea de una manera más eléctrica o acústica, en un gran escenario o en un pequeño teatro, se ve trabajo y más trabajo. Profesión. Cómo él dijo, “eligió la profesión adecuada”, y por ello la mima y la respeta, y nos puede ofrecer con sus tablas y su timidez que luego también en un momento dado  desata unos conciertos maravillosos.
“Llegan los cuervos” (y no se van), “Pétalos”, “Matilde Landa”, “Es una carta”, “Los maestros” (que me emociona profundamente, esos maestros de la República…) Recordaré siempre también que en el mismo teatro hace un tiempo hubo un acto por la memoria histórica en el que uno de los participantes contaba que, en una de sus muchas entrevistas con afectados, habló con una mujer que decía que su padre anciano ya tenía una foto en su mesilla de noche junto a la que durmió todas las noches. La foto era de su maestro. Y es que no son huesos lo que entierran.
“Las siete de la tarde”, “22 de mayo”, “Sotanas” (que vigilan conciencias y las atan, nuestra losa la Iglesia de España). ”Suela de alpargata”, “Por la libertad” y “Una lágrima en el suelo” fueron los temas que sonaron de “La tierra está sorda”, y sonaron no igual que suenan en el disco, con unos arreglos diferentes. Más trabajo. Y con una pequeña presentación que leía Enrique antes de cada uno de ellos. Recogió El Drogas todos sus libros para volver a guardarlos en la maleta, la pequeña, la que le había dejado traer su socia. Y empezaron a sonar los temas del disco “Alzheimer”: “Nos hace morir”, ”Collar abandonado”, ”Lentos minutos”, “Cordones de mimbre” y “ En punto muerto”.
Se marcharon con el teatro puesto en pie. Nos cuesta estar sentados cuando la música y las letras te piden volar, se van las piernas y la cabeza sin poderlo remediar al ritmo de la música. Como ya estábamos de pie, pues así nos quedamos pidiendo otra más. Y la banda salió y se hizo una “versión” de la canción “Que no me silbes” y acabaron con “Azulejo frío”. El impresionante Brigi se tiró encima de su batería que acabó destartalada, y Txus hizo lo mismo con su guitarra (cómo suena esa guitarra!) que se la quitó y la tiró al suelo para ahora sí definitivamente marcharse todos tras bambalinas. El teatro, tal y como quedó viendo el escenario con instrumentos tirados y sin músicos, me recordó inmediatamente a una escena de una película de David Lynch en el que se dice: «Silencio, no hay banda, no hay orquesta».
No queremos silencio ni olvido. La vida empuja y golpea pero la música y la búsqueda de justicia suena. Hay banda. Somos banda.
Texto: Elena Sánchez
Fotos: El Blog del Drogas (¡Muchas gracias!) y Elena Sánchez

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