DOCTOR LIVING DEAD!: “Crush the sublime Gods” (Century Media)…

Grita una tradición no escrita que la música thrash metal significa rabia, denuncia, estar al pie del cañón de la mala hostia si la ocasión lo merece, “salir movido en la foto”, que decían nuestras preocupadas madres la primera vez que nos vieron calavera al pecho y cara de «te debo dinero ¿y qué?”… o no. Quizá TANKARD y su obsesión por la temática lúdico-alcohólica no estén muy de acuerdo con esta afirmación y te den el alto con una sonrisa en la boca y una cerveza en la mano. Vale, pero el thrash metal ha encontrado un camino para no tomarse sus fundamentos teóricos tan en serio. Y lo ha hecho sin perder ni un ápice de calidad, sin eludir las características que hacen al estilo lo que  es. Muchas bandas, curiosamente jóvenes y que han heredado motivación y técnica de sus influencias, salen a la palestra con la premisa de «vamos a hacer Thrash, y nos vamos a reír un rato».

DOCTOR LIVING DEAD! pertenecen a esta serie de grupos jóvenes, con talento y con la capacidad de hacer humor negro y recalcitrante con temas que poco tienen que ver con la injusticia universal. La primera prueba es su performance en directo, pues todos llevan máscaras  completas a modo de calaveras, como el juego de roles de SLIPKNOT, pero más artesanal. La duda es si este vestuario será un problema a la hora de que el vocalista Dr. Ape realice su desempeño en directo (ndr: ya les vimos en el Leyendas el año pasado y os confirmamos que no es un problema) La segunda, sus nombres, que a Dr. Ape le siguen Dr. Toxic a la guitarra, Dr. Rad al bajo y Dr. Dawn a la batería. Casi nada…

Así, el nuevo trabajo (el tercero de su carrera) de esta prometedora banda sueca empieza, ni más  ni menos, que con una delirante intro de lo que parece una conquista alienígena sobre la tierra, «Final broadcast», para desembocar en el primer tema de puro thrash old school, «Crush the sublime gods», que además da título al álbum. Rabia, rapidez y una producción absolutamente ochentera, pero nítida, dejan constancia de lo que nos vamos a encontrar en el álbum: Thrash deudor de los clásicos METALLICA, SLAYER, KREATOR o SODOM, especialmente los segundos, donde los enérgicos riffs de guitarra van a estar bien compenetrados con la artillería que lanza el batería Dr. Dawn y el bajista Dr. Rad. Encontramos también una de las que puede ser lacra de la banda: la voz de Dr. Ape es más bien justa, con un tono cercano al Mustaine de sus mejores tiempos. Sinceramente, el pelotazo al pecho se desinfla bastante cuando entran las partes vocales, que algún pecado tiene que tener la juventud. Y los coros, simplemente, no me los creo.

«Teamxdeadx» nos sigue conduciendo por el camino de la velocidad endiablada y riffs hipertécnicos, con una reminiscencia absoluta, de nuevo, a SLAYER, incluso en la sección a medio tiempo. En este punto llama ya atención una constante en la banda: su fuerza radica en el conjunto, y los despliegues solistas de las guitarras van a ser pocos, casi limitados a algunos leads. La banda ofrece también cierto carácter aperturista, con regusto a SUICIDAL TENDENCIES, algo que queda claro en el siguiente tema, «Eternal darkness ofrece the fuckup mind». Si los riffs de guitarra nos pueden  recordar incluso al «Seek  and  destroy» de METALLICA, no cabe duda de que el tratamiento vocal y el estribillo nos recuerdan, de manera acertada, a ciertas bandas crossover como ANTHRAX. Tema sencillo, con un medio tiempo muy constante y machacón que le dan a la composición cierto carácter radiable.

Lo mismo ocurre con la brevísima «Buck$». El trallazo de apenas dos minutos se separa de las influencias paternas y se coge de la mano estilística de algún hermano mayor, mezclando tendencias casi alternativas para lo que es el thrash clásico que, en general, engloba el carácter de la banda. «Civilized to death» significa la vuelta al redil de las sonoridades clásicas después de coquetear con otras influencias con descaro y sin tapujos. Vuelven a mirar a los ojos al padre SLAYER y nos regalan uno de los temas más salvajes del redondo, con unas voces mucho más agresivas, en plan Araya. El conjunto de riffs de guitarra, que no paran de desplegarse y mutar, son apabullantes.

«Another life» sigue recogiendo los frutos de haber crecido escuchando thrash ochentero, sin ningún tipo de duda. Éste es otro corte a medio tiempo con un toque incluso de cierta oscuridad. Breve, y algo repetitivo. Es correcto y poco más. «Force fed» y la fantástica y meteórica «Scanners» siguen dando ejemplo de lo que es crear un trabajo directo y con las ideas claras. Cortes sobresalientes que siguen revolcandose en la propuesta general de la banda de rendir culto en el altar de los dioses del género, pero pellizcando por debajo la nalga de la vecina de enfrente.

«Salvation» nos sirve para ponernos serios y levantar completamente el pie del acelerador. Una preciosa y solemne canción instrumental que nos arrastra de nuevo hacia la caña Heavy metalera de «No way out». Decíamos que DLD saltan barreras sin cortarse, y este corte es un claro ejemplo. Muy heavy y mucho menos thrash, la aventura les queda redonda, componiendo, a la postre, uno de los cortes más  aperturistas e interesantes del disco. Seguimos con «Triggerkiller», un breve tema de una rabia y rapidez brutal. Curiosamente, el tema es instrumental y da la sensación de que ha quedado como una idea sin desarrollar completamente, no como un corte premeditadamente compuesto para no tener línea vocal. El disco se cierra con «Wake up…join the dead», una extensa composición donde la banda resume todo lo que es estilísticamente en la actualidad. Perfecto como colofón.

Da gusto disfrutar de discos tan completos, que huelen a frescura clásica y dejan ver lo difícil que es hacer un disco técnicamente perfecto con la intención de que quede la sensación de que estos chicos no se lo toman a vida o muerte, como ocurre con otras bandas del género. DOCTOR LIVING DEAD! es una banda sobresaliente y, además, gamberra y entretenida. Geniales y necesarios para estos tiempos que corren:

Texto: Javier Paredes