El pasado domingo 24 de febrero aterrizaban en la sala Wurlitzer Ballroom, “la Wurly” de toda la vida, los suecos BULLET, con una gira cuyo nombre es toda una declaración de intenciones “Heavy Metal Attack”.

BULLET Y WILD KRASH: 24 de febrero, sala Wurlitzer, Madrid…

BULLET

Estaba claro pues lo que nos íbamos a encontrar, que aquí no se engaña a nadie. El motivo es la presentación de su magnífico trabajo del 2018, “Dust to Gold”, para lo cual venían acompañados del trío sevillano WILD KRASH (ndr.: a los que por cierto entrevistamos al día siguiente en Madrid, y lo escuchamos en breve).

La propuesta era atractiva, desde luego, más cuando hacía mucho tiempo que no había podido verles. Lo que me daba terror y sudores fríos es la perspectiva de ver un concierto en “la Wurly” un domingo, teniendo que currar al día siguiente, dado lo tarde que empiezan los conciertos y la flexibilidad que tienen siempre para los horarios en esta sala. Sin embargo, para mi regocijo el concierto empezó puntual y todo… Bueno, en realidad con media hora de retraso sobre lo anunciado, pero eso para esta sala no es nada.

WILD KRASH:

WILD KRASH

Así, a las 22:30, casi por sorpresa, salían al escenario estos sevillanos. Investigando por ahí antes del concierto y escuchando algunas cosas suyas, me parecieron una banda que tira hacia un heavy metal casi clásico pero en directo no es así para nada. Hay heavy metal, desde luego, pero mezclado con grandes dosis de punk. Viendo la llamativa cresta que lucía el bajista se podía esperar, desde luego.

Debo reconocer que al principio me resultaban bastante desagradables. Su sonido muy sucio y muy agresivo me echaba para atrás pero en realidad la culpa no era de ellos sino mía, que me estoy volviendo un viejo vinagre que no es capaz de desconectar el maldito cerebro de vez en cuando. Poco a poco fui cambiando el chip y estos chavales me llevaron al huerto. Sonaban sucios y agresivos porque así era como ellos querían sonar, y si no te gusta te jodes. No son unos virtuosos, ni puñetera falta que les hace.

Al final, con tremendo derroche de energía y actitud terminaron haciendo que pasara un muy buen rato durante buena parte de sus aproximadamente 45 minutos de actuación. Con mención especial para los 2 últimos temas: una versión de SEX PISTOLS que no conseguí identificar y la salvaje y guitarrera “Road to hell”, con un riff de guitarra que te pone a dar botes desde las primeras notas de la canción.

BULLET:

BULLET

A las 22:30 salieron al escenario los suecos que todos estábamos esperando. Con una presencia un poco extraña, desde luego: su cantante, Dag “Hell” Hoffer, me hace sentir delgado incluso a mí (los que me conozcáis sabréis de lo tremenda que es esta afirmación) y su bajista Gustav Hector me parecía una especie de Benny Hill “metalero” (comparad fotos, por favor).

Todas esas cosas se olvidan en cuanto la desbordante humanidad de “Hell” Hoffer pone a funcionar sus cuerdas vocales. Una voz suave, melodiosa, cálida… como un tenedor rayando una pizarra, vaya, jeje. Pero como lo que hacen estos chavalotes no son tiernas baladas de amor sino heavy metal, duro y potente, te hace más falta un Udo que un Barry White. Así que una vez que se te pasa el susto, si no los conoces, en 2 temas no te imaginas a otro cantante del mundo al frente de esta formación. Desde luego, a mí no pegaría en esta banda nadie que no fuera Dag.

La verdad es que no soy capaz de ponerle casi ninguna pega al concierto de BULLET, y me lo pasé como un enano todo el tiempo. Con el poderío de Dag y el excelente trabajo de Hampus Klang y Alexander Lyrbo a las guitarras la banda sonó como un cañón todo el concierto, moviéndose a la perfección entre el heavy metal y el hard rock, con su estilo entre ACCEPT y AC/DC marca de la casa. Abrieron a todo gas con los 3 primeros cortes muy metaleros de su nuevo disco:

“Speed and attack”, un auténtico trallazo, “Ain’t enough”, tema algo más tranquilo, pero muy potente y con gran lucimiento de la voz única de Dag “Hell” Hoffer, y tras ellas “Rogue soldier” con gran protagonismo de las guitarras, sobre todo en los solos, y buenos coros. Sólo con esos 3 temas estábamos convencidos y convertidos para la causa todos los presentes en la sala, que no presentó una mala entrada para ser un domingo por cierto. Y esto incluso aumentó a medida que empezaron a caer buenos temas de trabajos anteriores, como la hard-rockeras “Riding High” y “Ramblin Man”, de su primer trabajo, que hace pensar en los AC/DC de Brian Johnson.

BULLET

Por estos derroteros continuó el concierto, entre el metal y hard rock, entre los salvajes alaridos de Dag y  el poderío de las guitarras de Hampus y Alexander. Y sin parar ni un segundo con excepción de un extraño y brevísimo descanso a mitad de la actuación. Pero sin más parones que ése, sin apenas charlas que probablemente no íbamos a entender y que casi nunca aportan nada, y sin solos largos e innecesarios (se agradece no tener que soportar aburridos solos de batería).

Ya en la recta final, hubo un momento un poco extraño cuando, después de un clasicazo tan potente como “Stay Wild”, tocaron una instrumental, supongo que para que descansaran las castigadas cuerdas vocales de Dag, para cerrar con la canción que da nombre a su último disco: “Dust to gold”, que es quizás la que menos me gusta de este trabajo.

Aún nos quedaban los bises para cerrar una gran noche de hard rock y heavy metal, con “Storm of blades”, pura caña peluda metalera, “Highway love”, de su nuevo trabajo (con presentación de la banda incluida), y la que quizás es su clásico por excelencia, “Bite the bullet”, temazo con el que terminó un gran concierto.

¡Buena noche de domingo metalero y macarruzo en Madrid!

Texto: Raúl Moreno / Fotos: José Luis Martín

P.D.: Muchas gracias a José Luis Martín por el cable con las fotos… Y a Kivents por las facilidades y el trato, como siempre. 

Cerramos con la galería de fotos del concierto de ambas bandas:

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