Crónica JUDAS PRIEST + SAXON + URIAH HEEP en Madrid. ¡Gracias!

Si tocan JUDAS PRIEST, el resto solo podemos contemplar arrodillados y mostrando admiración y respeto. Así fue en TODA la gira española, y muy concretamente en Madrid de donde ya leemos la crónica de la velada completa, con unos PRIEST excelsos, unos SAXON rotundísimos y unos URIAH HEEP, los “abuelos”, demostrando que aún están para seguirles de sobra la marcha a sus compadres.

JUDAS PRIEST + SAXON + URIAH HEEP – Madrid, Palacio de Vistalegre (Lunes 15 de junio de 2024)

Crónica

Reverencia… Fueron, son y serán los amos del cotarro. Ellos inventaron el heavy metal, le dieron forma en cada época y ahora siguen demostrando cómo se hace. Y en concreto JUDAS PRIEST son y serán la banda por excelencia del heavy metal, punto. No hay más, y no valen ni advenedizos ni relevos ni nuevos nombres ni nuevas corrientes ni topicazos ni buenrollismo aperturista que valga. Nada, llegan los padres y los maestros… y el resto a seguir tomando notas. Y nosotros, sus pupilos y a la vez alumnos orgullosos, solo podemos rendirnos a la evidencia: cuando ellos no estén se acabará el heavy metal y no hay más.

De hecho por eso había cierto aire en el ambiente de concierto / gira tan especial. No digo que sea la última, no voy por ahí (que pudiera serlo o no, un detalle incluso irrelevante), pero sí que sabíamos todos que esta gira es LA GIRA, y que no se podía faltar… y así fue. Cuatro llenazos rotundos, y cuatro conciertos únicos e irrepetibles, con 3 bandas que son el ABC del género, sobre todo JUDAS PRIEST y SAXON demostrando no solo aquello de que a la vejez viruelas sino una consideración mucho más seria y profunda: nosotros lo inventamos, nosotros lo desarrollamos y nosotros somos los jefes en estudio y en directo.

Intro:

El puñetazo en la mesa empieza muchos meses antes, de la mano de los dos mejores discos de heavy metal puro y duro (clásico, tradicional y todo el blablá que queramos añadir a la definición) de los últimos 25 años: “Hell, fire & damnation” y sobre todo un “Invincible shield” que es absoluto testamento de que el heavy metal ni está muerto ni ellos están acabados / obsoletos, más bien al revés… y que si hay que dejarlo “ya”, será en lo más alto. Y ojo, sin desmerecer un también fantástico nuevo disco de URIAH HEEP, “Chaos & colour” sentándose a la misma mesa por galones, calidad, edad e importancia en la historia (justicia y demás ya es otra cosa y otro debate, que mientras DEEP PURPLE y muchos otros se llevaron la fama, ni de coña digo que injustamente, ellos cardaron la lana). Pero de nuevo es otro debate y aquí estamos a otra cosa…

Judas Priest

Llegó el anuncio de la gira y había un runrún de “ostia, ostia, ostia”… JUDAS PRIEST y SAXON juntos, con semejantes dos discazos detrás y con ansia incluso de revancha, de reivindicación, de poner los puntos sobre las íes… Advenedizos, aprender qué es el heavy metal, cómo se hace y cómo se toca en directo. Y volvemos a las 4 fechas españolas para no dar vueltas de más sobre una obviedad y una evidencia: el público no es tonto, y pese a ser una gira cara (no vamos a decir lo que no es), había que estar. ¿Resultado? Entradas agotadas y ese sentimiento especial y casi mariposas en el estómago contando los días hasta que llegaran las fechas. Y llegaron por fin…

¿Qué en Madrid nos hubiera gustado más un Wizink Center hasta arriba? Bueno, no miento que era así, pero son menudeces analizando lo que vimos, lo que sentimos, lo que disfrutamos y lo que, ¿porqué no admitirlo?, las lágrimas que se nos saltaron en muchos momentos. Esto SÍ es con lo que crecimos, como descubrimos que era especial y por lo que nos apuntamos para siempre al heavy metal. Con respeto a lo “actual”, lo siguiente, las nuevas generaciones, los nuevos estilos… todo está muy bien, pero cuando llegan los padres y/o maestros, insisto en el argumento: todos a aprender e incluso a dar las gracias en persona por habernos dado tanto y seguir siendo los abanderados del estilo.

Que sí, que AC/DC, METALLICA, BON JOVI… incluso IRON MAIDEN en la actualidad, que no está ni bien ni mal, pero ya están a otro nivel y sobre todo a otra cosa, y no tanto ellos pero sí el público que acude a verlos ahora, al acto social, a “la ópera”, al postureo… Bien, por ellos, las bandas a disfrutar de la jubilación dorada pero 20 años viviendo de las rentas (a lo mejor soy injusto, e incorrecto, pero el “core” de lo que quiero decir creo que está claro) y el público a contar en Instagram que una vez vieron a AC/DC con cuernecitos en la cabeza. Mientras, también 50 años después JUDAS PRIEST no solo siguen siendo respetables y dignos sino creíbles, y no es cuestión baladí remarcarlo.

Judas Priest

Pero con JUDAS PRIEST y SAXON, y URIAH HEEP, el espíritu es otro, es auténtico, es real, es “working class”, es actitud, es creérselo (ellos y nosotros), es demostrar que el heavy metal sigue existiendo y algunos de sus grandes nombres morirán literalmente sobre el escenario con ello por bandera. Son los luchadores, los que hemos visto en el barro, los que han forjado el estilo en cada década (bueno vale, de los difíciles 90, post “Painkiller” corremos una pequeña cortina de humo… y aún así salieron victoriosos). Y esta gira es una celebración, como lo es “Invisible shield” y “hellfire & damnation”, de estos 40 y 50 años no solo de carrera sino de la historia del heavy metal. Sin ellos será lo que sea (angosto futuro le vemos al estilo sin ellos, pero ese es otro debate) pero por ellos no quedará acabar esto con la máxima dignidad posible, por ellos mismos, por el heavy metal, por el nombre que llevan detrás y por la responsabilidad que conlleva (y el peso de) semejante contienda.

Con ese espíritu, y no me enrollo más en la intro, hemos enfocado todos esta gira. Y la emoción en el ambiente, en las caras, en las charlas previas, en las conversaciones de estas semanas anteriores, en los especiales que hemos hecho al respecto recientemente… nos transmitía eso. Y lo mejor es que ellos sobre el escenario son absolutamente conscientes de que ésta no es una gira más. Saben que está en su mano demostrar algo, y lo han demostrado con creces, ¡bravo!, me quito el sombrero ante eso, y gracias por darme la oportunidad de, primero, haberlo vivido, y segundo poder contarlo ahora para todos ustedes (e implícitamente para las propias bandas).

URIAH HEEP:

Dicho esto, el llenazo en Vistalegre fue total, y aunque con URIAH HEEP la plaza no estaba aún al 100%, me gustó que mucha gente entrara en el recinto desde el principio, porque en este caso se trataba de apoyar la causa, y ver a las tres bandas, no solo estar en el bar hasta 5 minutos antes del acto principal. Comenzamos pues con los míticos URIAH HEEP el repaso a lo que disfrutamos ayer en Madrid. Una banda seminal y pionera abriendo sin ningún tipo de problema para los dos gigantes, al menos en popularidad actual y galones en el cartel. Y como siempre cumpliendo de lujo, encandilando con sus temazos, su buen rollo, clase y actitud.

Uriah Heep

En este tipo de conciertos además es genial que la gran mayoría del público conoce, valora y respeta a las 3 bandas, y aunque quizás URIAH HEEP a día de hoy lucen más y mejor en una sala o en un festival “pequeño”, abrieron fuego de maravilla, liderados por el eterno Mick Box (que bonito es verle dibujar melodías en el aire como siempre), el gran Bernie Shaw, “el nuevo cantante” pero que ya lleva como 40 años en la banda… y a quién me encanta ver bromear y decirnos que nos dejemos de chorradas de death metal, thrash metal, heavy metal y demás, que hay buena y mala música, y que esa noche íbamos a disfrutar de mucha buena música de la mano de tres superclásicos británicos… o ese batería que ya lleva otro cerro de años en el grupo dándole una cera al grupo desde atrás que es impresionante: Russel Gillbrok.

Preciosos los efectos de luces con los telones, el humo y demás… ¡como las botas blancas de Bernie!, y aunque el concierto sonara pelín más bajo que el resto, fue una apertura de lujo, desde el comienzo con la tremenda “Save me tonight” del nuevo disco, algún guiño no tan habitual a sus primeros tiempos con esa superheavy (y hippie) que es “Free and easy”, o ya algunos de los clásicos imprescindibles como la seminal “July morning” (una de las canciones más acojonantes de la historia del rock, y que a mi me sigue emocionando como la primera vez que la escuché, en directo de hecho hace muchos años, sin conocerla de nada entonces) o ese bonito «Gipsy», con el teclista Phil Lanzon siendo protagonista o la rocanrolera “Easy living” con la que llevan cerrando desde hace infinito.

Chapeau como siempre aunque tuvieran que tocar poquito está vez (45 minutos raspados) , aún con la plaza a medias y con el sonido algo justo. Ojalá la próxima sea con algo más de tiempo pero… ¡¡¡genial comienzo de la velada!!!

Galería de fotos de URIAH HEEP en Madrid en el enlace.

SAXON:

Lo de SAXON en directo es mucho… y da igual en qué época / década / año estemos diciendo esto, porque son el mejor grupo de rock duro para ver en concierto. Tal cual y sin más… ahora veteranos, viejos rockeros, los últimos representantes de una manera de hacer música de la calle y para la calle. Los mismos heavies que después del concierto estaban tomando pintas con la gente en los bares aledaños como unos seguidores más, que en el fondo es lo que son y siempre han sido. ¿y cómo debe ser y sonar un grupo en directo de rock duro? Así, señores/as, así.

Saxon

Obviamente no es casual que cuando estaban a punto de empezar aquello estaba ya hasta la bandera y no cabía un alma y todos gritábamos puño en alto aquello de “Saxon, Saxon!” mientras se descubría el telón, la torre de Marshalls, luces a tope, fuego, redoble de batería y a darle cera a esto de la mano de la propia “Hell, fire & damnation” y se cae Vistalegre… ¡joder qué ganas de ver a SAXON de nuevo a lo grande! Sin el águila que se queda en el camión, aunque sí estuvo lógicamente en Rock Imperium, pero no necesitan aderezos: son ellos, su música, sus canciones y nosotros. Fluye y funciona… y no quedan muchas bandas que ocurra esto, así que no banalicemos mis palabras ni pensemos que hablo de generalidades porque no es así.

5 heavies sobre el escenario, melenudos de 60 / 70 años demostrándole a los de 20 o 30 y 40 que esto se hace así y que aún te lo puedes creer y transmitirlo y disfrutarlo como nadie, y más de la mano de estar de verdad mejor que nunca ahora. Duele decirlo, pero Brian Tatler, melena ochentera en ristre y guitarra de flecha en mano, a día de hoy les ha dado el extra de emoción que quizás Paul Quinn ya no les daba, y lo cierto es que ver ahora cómo reparten estopa sobre el escenario Nibbs Carter, Doug Scarrat, don Biff Byfford (como anciano venerable de la tribu y más señorial que nunca, y a la vez tan macarra y cercano como siempre), el citado Brian Tatler (más cómodo aquí que en DIAMOND HEAD, curioso) y detrás el gran Nigel Glocker pegándole como cuando tenía… 50 años jeje.

Curioso que se han quedado como los casi únicos representantes dignos de la «segunda fila», siempre al pie del cañón, siempre auténticos, siempre efectivos y últimos representantes, junto a Judas, de una estirpe que se acaba. Repito: 5 viejos heavies, 4 viejos melenudos (cuestión nada irrelevante), dando cera y demostrando cómo se hacía esto hace 45 años y ahora. Y en una forma alucinante y sonando como una apisonadora. ¿Que estamos mayores y hay que bajar los tonos y ralentizar las canciones que si no, no llegamos??? Y una mierda, eso ya lo hacen… (poner el nombre que queráis, que son muchos, pero no SAXON precisamente).

Saxon

Actitud y autenticidad, y máxima veracidad y dignidad sobre el escenario… y se agradece. ¡Y por favor cómo suena “Motorcycle man”, “Heavy metal thunder” y demás! O la magia que siguen teniendo en directo “Power and the glory” (can you feel the power?, can you feel the glory?… ufff), “And the band plays on”, “747” o “Crusader”, con los pelos de punta una vez más. Nos dolía más el cuello de macarrear a nosotros que a ellos, curioso, ¡yo quiero su secreto de la eterna juventud heavy! ¿Y Biff? Vale que ya no cabecea tanto como antaño y está un pelín más estático (solo un poco) pero… ¿cada día canta mejor e infunde más respeto? Es el paradigma de la autenticidad: esto es un heavy, y así lo será siempre. Y como Lemmy, palmará encima del escenario, o casi. ¡Amen!

Única pega, si es ponerle pega a hacer eso, que el repertorio, fuera de los dos temas nuevos, no arriesgó nada (cosa que sí harían los jefes después) y fue de grandes éxitos 100% (“Denim and leather”, “Wheels of Steel”, “Princess of the night”…). Deseando estoy, supongo que después del verano, que vuelvan en gira propia presentando el disco nuevo y con conciertos más largos y demás. Fuera de eso, como siempre, reverencia… Realmente ponía los pelos de punta escuchar nuestros “oes, oes, oes” y sus “grasssiass” emcoionados. Tremendo, absolutamente tremendo, incluso lidiando con el sonido irregular de Vistalegre aquello transmitía una fuerza, una energía, una fiereza, una magia, que hay que ponerse de rodillas…

Ayyy el día que nos falten / fallen SAXON, y tengamos que hacer tañir las campanas de verdad. Mientras tanto… And the band played on…

Galería de fotos de SAXON en Madrid en este enlace.

JUDAS PRIEST:

Priest

¿Qué podemos decir del concierto de JUDAS PRIEST en Madrid? (y en Pamplona, y en Barcelona, y en Cartagena y…). Orgullo, mucho orgullo y felicidad de haberlo vivido in situ. Dentro de algunos años, habrá nuevos metalheads, si es que eso existe en el futuro, que nos preguntarán a los mayores de cuando vimos a JUDAS PRIEST en directo. Vale, decirles que les vimos desde mediados de los 90 muchas veces (y otros dirán la de veces que les vieron en los 80 también, claro) sería hasta cruel, pero lo cierto es que “la última” ha sido de las mejores y realmente especial.

Ellos han cogido el testigo de la lucha y de portar el cetro del heavy metal (si es que alguna vez lo tuvieron otros que no fueron JUDAS PRIEST) y de la mano de un disco tan sólido y rotundo (¿el mejor desde “Painkiller”?, no creo erróneo afirmarlo rotundo) como es “Invincible shield” han vuelto a demostrar que están ellos… y todos los demás detrás. Esto es el heavy metal, estos son los músicos de heavy metal, este es el público del heavy metal… y este es el (mejor) cantante del heavy metal.

¿72 años? Quién lo hubiera dicho en su momento, tanto en sus años de deslices y probaturas en los extraños 90, o en sus años mucho más justos allá por 2010 y algo después. Que Halford esté ahora viviendo una de sus mejores etapas en directo (y en estudio) es hasta imposible, pero, ¡hey!, él es Metal God y en esta gira está demostrando porqué… pero si hasta se mueve más ligero y liviano que en los últimos 20 años!!!! Y la banda a lo grande: escenario enorme, proyecciones chulas y distintas en cada tema, luces impresionantes (y eso que la cruz en esta gira ni se mueve ni baja ni hace efectos más que lumínicos), un setlist “para los muy cafeteros” (nada de ir a lo fácil, ni bajar afinaciones ni tonos ni menudeces de bandas mediocres)… Esta es la banda más grande, en el show más grande y en el mejor estado posible.

Cierto que la savia nueva que han aportado Andy Sneap (nueva melena mediante y 8 guitarras distintas, a cuál más chula,  que sacó el amigo durante el concierto jeje) y Richie Faulkner (que hay que ponerle un monumento) es impagable para la historia de JUDAS PRIEST y sobre todo revitalizar esta última etapa. Y ver a Ian Hill rejuvenecido (injertos capilares aparte) desde su estandarte particular atrás a la izquierda del escenario, o a la brutalidad de batería que sigue siendo Scott Travis (con sus baquetas más gordas, marca de la casa, en sus enormes brazos y manazas) a sus casi 60 es alucinante. Pero el alma, el termómetro y la vara de medir es Rob Halford, y está pletórico, comprometido, realmente metido en su misión de demostrar que el heavy metal son y han sido siempre ellos y que se acabará cuando y cómo ellos decidan. Y por ahora aún JUDAS PRIEST portan el cetro, la bandera, la espada y el escudo de metal que te les faculta como únicos defensores de la fé metálica con el certificado máximo de autenticidad por delante.

Judas Priest

Working class en las pantallas, repertorio reamente especial y diferente, incluso con muchas sorpresas de las que ya las bandas nuevas no incluyen en los setlist… ¿para qué si da igual, si la gente quiere sota, caballo y rey?, ¿ensayar?, eso es de pringados y de novatos, currarse el show como nadie, bah!, si el público le da lo mismo… Esa es la diferencia entre JUDAS PRIEST y el resto: no he visto un concierto igual de PRIEST en 30 años. Corazón, mucho corazón, y amor por su banda, por su gente, por su historia, por lo que representan… Y bonito el detalle de que la intro sea de BLACK SABBATH, mostrando el máximo respeto por sus mayores, aunque coetáneos en realidad, y los que abrieron el camino… desde su Birmingham natal, en las West Midlands como nos recuerda Halford con orgullo desde el escenario a mitad del show para presentar “Invincible shield”…

Es el tema que da título a un disco muy muy especial para la carrera de la banda, y ellos lo saben y Halford lo remarca en la presentación, poniéndolo del nivel del resto de discos más grandes de su carrera, como comenta en el emocionante speech: “Sad wings of destiny”, “Sin After Sin”, “British Steel”, “Screaming for vengeance””Defenders of the faith”, “(The) Painkiller”… y ahora “Invincible Shield”. Son la piedra angular del heavy metal y hasta emociona reseñarlo y verlo así. Y los repasaron de sobra durante casi dos horas, que nadie lo dude, cambios de chupa “infinitos” de Roberto incluidos, por supuesto jeje.

JP

Pero volvamos al comentario genérico aún, y ellos saben que esto es mucho más que un simple concierto, y allí estábamos nosotros abajo, muchos veteranos con literalmente cientos y miles de conciertos a nuestras maltrechas espaldas y llorando como críos, chillando a voz en grito, cabeceando y puño en alto sintiéndonos de nuevo, que es el verdadero propósito de ver a nuestras bandas en la actualidad, como aquellas primeras veces como cuando teníamos 15, 16 o 18, da igual. Y emocionarte con los gritos y ambientaciones de “Victim of changes” como la primera vez sigue siendo especial, o mover el culito una vez más al ritmo de “Turbo lover” (curioso cómo se ha convertido en una de las favoritas y las imprescindibles después de la controversia en su momento). Lo dicho, genuflexión y reverencia, porque fue realmente especial.

Resumiendo: El infierno se arrodilla ante el cuero… y punto. Ellos lo crearon y ellos lo manejan a su antojo. Reverencia y orgullo de ser lo que somos gracias a ellos. Y de que lo sigan haciendo con el corazón, de verdad, sintiéndolo y preocupándose de que ver a JUDAS PRIEST siempre sea especial. Y están muy en forma, con un setlist muy para fans de verdad, sin ir a lo fácil ni a lo típico ni tópico (eso no quita que escuchar por ejemplo “Breaking the law” -con imágenes de disturbios en las pantallas, ojo, que no se pierda el filo ni la actitud-, “Hell bent for leather”, sobre la moto, o «The hellion/ Electric eye” en directo siga emocionando tanto) y con Halford demostrando porqué es y será por siempre el metal god.

Bajamos tonos, ralentizamos temas, vamos a tocar las facilitas??? No lo hacen SAXON y lo vamos a hacer nosotros??? Ni de coña: “Riding on the wind” (menuda macarrada ¡y cómo sonó!), “Love bites” (con imágenes de peli antigua de miedo en las pantallas), una tremenda “Rapid fire”, una casi inédita en directo “Devil´s child”… ¿Qué los grupos clásicos siempre tocan las mismas?, de eso nada si hablamos de JUDAS PRIEST… “Saints in hell”, “Sinner”… o un “Painkiller” más que digno y que no lo ha cantado así Halford en muchos años, alucinante de verdad (y sin encorvarse tanto que parecía que iba a partirse las últimas veces). E “invencible shield” y “Gates of hell” y “Panick attack” (tremendo comienzo, por cierto) de las nuevas, que podrían haber sido dos o tres más y nadie hubiera protestado.

Judas Priest

¿Vivir de las rentas? “You´ve got another thing comin´” para casi empezar, y “Living after midnight” para rematar en plan festivo, ya está. Pero tonterías y niñerías (y/o cosas facilonas) ninguna, amiguitos. Que sí, que nos faltaron todas las que queramos, que el cancionero de PRIEST es inabarcable, y quizás a mí sí me hubiera gustado que hubiera habido algún guiño extra a la excelente última etapa de la banda, de la mano de temazos como “Firepower”, “Lightning strikes”, “Reedeemer of souls” o algo incluso de aquel infravalorado “Angel of retribution” de 2005. Y sí, es verdad que un concierto de JUDAS PRIEST sin “The sentinel” o “Night Crawler” siempre es un pelín menos mágico… pero en realidad no fue así y no eché nada en falta, si acaso una hora más de concierto jeje.

Vale que en Vistalegre el sonido es «como es», pero da igual: vivimos una noche muy especial de Birmingham heavy metal pure style, y los que crearon esto siguen dando las lecciones de cómo se hace, en disco y en directo. Lástima no haber podido homenajear a Glenn Tipton en escena como otras veces (y ojo, que en las pantallas aparecieron muchas imágenes de Glenn pero ninguna de KK Downing y eso no me pareció bien… y se dice y punto).

En realidad son menudeces y solo puedo postrarme ante los que siguen siendo los dueños y referentes de todo esto. ¡¡Gracias!! 

Texto:  David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com) / Fotos: Angeles Salmerón

Galería de fotos de JUDAS PRIEST en Madrid en el enlace.

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