Crónica del Fierabrás Rock Fest – BARÓN ROJO, SARATOGA…

Casi cerrando la temporada de festivales, “mini” festivales, eventos varios, fiestas patronales y demás, teníamos en Alcalá este Fierabrás Rock Fest con dos superclásicos de nuestra escena como BARÓN ROJO y SARATOGA aportando lustre. Os contamos y mostramos cómo fue la velada.

Fierabrás Rock Fest – Recinto Huerta del Obispo, Alcalá De Henares (Madrid),  Sábado 3 septiembre 2022

Barón Rojo

Vayamos al grano para empezar: El Fierabrás Rock Fest tuvo una participación de público bastante por debajo de lo esperado y tampoco contó con la participación de nuestro compañero de fatigas, Juan Pablo Ortuño ‘El Pirata’ como DJ amenizador (causó baja por supuesta enfermedad). Eso sí, nos dejó muy buen sabor de boca, si bien no fue ese bálsamo que todo lo cura, ni siquiera fue ‘todo locura’, pues la peña mantuvo la compostura (en líneas generales) a lo largo de las cinco horas largas que duró el evento.

Nuevamente comprobamos que a nuestro rollo le quedan tres telediarios. Sí, amigos, el ROCK (con mayúsculas) por mucho que nos pese está prácticamente ‘muerto’ y ya solo se alimenta (como un vampiro decadente) de sangre viejuna, como la nuestra. Aunque claro siempre hubo ROCK’N’ROLL para adultos y también ‘rock para niños’ (o ‘fanfarria adolescente’ para los más tarambanas del lugar) y algunas de estos combos gozan de cierta buena salud. Que se lo digan si no a BOIKOT o MAGO DE OZ (que casi siempre ‘llenan’ por donde pasan, aunque no siempre sea precisamente de público rockero).

Cualquiera que lea estas últimas frases pensará que me he vuelto un derrotista, (quizás pesan los años y la experiencia…) pero lo realmente desafortunado es comprobarlo semana tras semana, sin ir más lejos hace tres días en Ciempozuelos, donde EL DROGAS llenó (de público maduro en su mayoría) la Pza. Consistorial, marcándose una descarga descomunal. Pues bien, tras finalizar el encuentro, un aluvión de chavalería echada a perder (de forma tan temprana, además), y que en esos momentos estaban haciendo botellón en las inmediaciones, atiborraron el lugar (dejando una riada de inmundicia tras su paso…) para el consabido chunda-chunda. A los niñatos/as no les apetecía lo más mínimo ver el monumental show de Enrique Villareal (que era GRATUITO para más señas) pero sí la fiesta previa y posterior. La cultura, una vez más, en las catacumbas de la gente resabiada.

Saratoga

Claro, viendo estas escenas, se hace difícil mantener el ánimo en lo alto, que ni siquiera el bálsamo mágico del hidalgo manchego consigue elevar, aunque en el FIERABRÁS ROCK FEST dimos buenos tragos al sortilegio para que nos hiciera olvidar el maldito estío infernal que hemos sufrido este año. Tras toda una vida dedicados a ello, es jodido contemplar como esa bendita locura y esta maravillosa rebeldía (el ROCK’N’ROLL en sí mismo) que tanto amamos y que nos enganchó como la droga más dura durante nuestra intensa juventud, da sus últimos coletazos.

También atestamos como avezados forenses que realizan una autopsia a un cadáver bien parecido, que las bandas jóvenes que telonean a las viejas glorias (en el caso que nos ocupa fue matemático) tienen mucho menos nivel musical (especialmente en cuanto a COMPOSICIÓN de CANCIONES, con mayúsculas, se refiere) siendo incapaces de generar los viejos himnos de antaño. La realidad social también es otra, todo sea dicho, y las inquietudes.

En fin, dejémonos de amarguras y vayamos a la crónica urgente de un Festival que, pese a todo, dio bastante juego, especialmente por parte de SARATOGA y BARON ROJO, y que contó con DEBLER y ANKOR como dignos aperitivos de un gran festín

DEBLER:

Debler

Llegamos justitos, pero pudimos comenzar con DEBLER… Con exquisita puntualidad, hizo su aparición el quinteto madrileño, encabezado por Rubén Kelsen a la voz. Los alcalaínos dejaron temas como “Nada nos podrá parar” o “Renacer del alma”, pertenecientes a los tres elepés que han facturado hasta la actualidad: “Noctem Diaboli” (2015), “Somnia”(2017) y “Adictium”(2019), en espera de publicar en breve, su cuarto álbum, “Perversso”, aunque con ciertos cambios de formación con respecto a los primeros tiempos del grupo.

Actualmente están formados por Dani Arcos (BLOODHUNTER, SEXPLOSION) a la guitarra, Abraham Roca (BON VIVANT) echándoles un cable al bajo, Nelson a la batería más Pablo Sabater al violín. Abrieron fuego en una tarde apacible y donde no hizo un calor excesivo. La versión de The Weekend de “Blinding lights”, castellanizada para el deleite del personal, supuso cierta sorpresa para aquellos que no somos fieles seguidores de una banda que dejó otras perlas como “Recto hasta al amanecer”, “Sentencia Final” y “La procesión de los borrachos” en un esforzado show donde trataron de ofrecer el máximo de su capacidad creativa.

Texto DEBLER: Corsarios

ANKOR:

Los catalanes ANKOR, por su parte, contaron con bastante mal sonido durante toda su actuación. La Organización del evento ante una venta de entradas animosa pero no súper masiva (calculamos a ojo de buen cubero que apenas hubo 3.000 personas en un recinto donde caben más de 10.000) decidió ahorrar en cualquier aspecto, lo que a la postre fue fatal. De hecho el sonido lastró toda la noche un encuentro que con otro tipo de volumen y calidad (como el visto una semana antes en Tajuña Rock, ¡bravo por ellos!) hubiera sido el elixir de los dioses, pero lamentablemente tuvimos néctar peleón para los mortales.

Ankor

Las torres de sonido en el Fierabrás Fest (en una versión barata para eventos patronales de segunda) dejaron mucho que desear y claro, lastrados de ese modo, los tarraconenses fueron los más perjudicados en una actuación que pasó sin pena ni gloria. El Metal alternativo y un punto Gótico que traen entre manos se hizo un poco cansino para nuestro exquisito paladar.

El grupo lo componen David Romeu y Fito Martínez a las guitarras, Julio López al bajo y Eleni Nota a la batería, junto a la cantante Jessie Williams. Temas como “Holy Wolf” o “New Kingdom” rompieron el hielo en una función para cubrir expediente donde sonaron otras joyitas como “The Legend of Charles the Giant” o “From marbles to cocaine” que entre un estilo que no nos va mucho (hay que reconocerlo) y un sonido realmente malo (escaso y saturado), nos dejó un poco ‘derrotados’ recordando al Caballero de la Triste Figura en su eterna lucha contra los Molinos de Viento. Afortunadamente no salimos descalabrados y retomamos el pulso con los estupendos SARATOGA.

SARATOGA, punteros una vez más

Tete Novoa a la voz, Jero Ramiro a la guitarra (excelso toda la noche), Niko del Hierro al bajo y Jorge ‘Estepario Siberiano’ en los tambores, dieron el do de pecho, en una velada muy inspirada.

Saratoga

Salieron a morder y a comerse la noche a bocados, como es habitual. La intro instrumental dio paso a “Tras las rejas” y “A morir” que pusieron las primeras dosis de mordiente a una función muy animosa, que continuó al ritmo de “No sufriré jamás por ti” y “Maldito corazón”. Más madera con “El vuelo del Halcón” y “A sangre y fuego”, que no fallan. Suenan “Vientos de guerra” y se desata la locura…. Eso sí, echamos a faltar alguna proclama pacifista (o anti-militarista) más explícita por parte de la banda, que Tete Novoa se limitó a constatar los malos tiempos que corren y poco más…

Ya sabéis: lo de siempre” dijo al inicio del tema, después de contemplar otra devastadora GUERRA CRIMINAL que vuelve a ser protagonista en nuestro continente una vez más. Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis cabalgan desbocados y el ser humano, más inerme que nunca. Esto lo llevamos viendo en las dos últimas décadas, con regiones enteras del Planeta devastadas (Irak, Siria, Afganistán, Libia…) y ahora pasa a ser una triste realidad también en lo musical, con el panorama hecho un estercolero. Así que mejor estirar el chicle hasta que el cuerpo aguante.

Retomábamos el pulso al concierto con la esperada “Si amaneciera” (sin ti), en recuerdo de los seres queridos, que puso el contrapunto de reflexiva quietud a un show con mucha adrenalina entre manos. Con esta balada fuimos enfilando el tramo final del trasiego: “Las puertas del cielo”, “Como el viento” y “Perro Traidor” pusieron el broche de oro a una puntera andanada que nos despertó del letargo,

BARÓN ROJO, harina de otro costal

Barón Rojo

‘Más sabe el diablo por viejo que por diablo’, reza el refrán. Un axioma que nos viene como anillo al dedo a la hora de describir la tremenda descarga que se marcaron nuestros amigos. Ya de inicio “Campo de concentración” indicó a las claras por donde iban a ir los tiros. Armando de Castro a la guitarra solista dio sopas con honda (una verdadera cátedra de magisterio a las seis cuerdas) mientras su hermano Carlos ponía los puntos sobre las íes a nivel rítmico. Eso sí, en cuanto a la tarea vocal se refiere no estuvo tan fino y se le escaparon algunos pequeños ‘gallos’, circunstancia menor ante el brillantísimo repertorio que pusieron en liza. Muy bien secundados por el rotundo batería Rafa Día y el estupendo “nuevo” bajista José Luis Morán, cuajaron una actuación muy sólida, de las mejores que hemos visto últimamente.

“Chica de la Ciudad” y “Son como hormigas” nos sumergieron de lleno en esas letras impagables, tonadas proféticas donde existan, más de actualidad que nunca, hasta topar con ese “Caso Perdido” que siempre nos ilumina el ánimo y las neuronas. Sobria puesta en escena con el telón de Metalmorfosis como emblema del grupo. La instrumental “El Barón vuela sobre Inglaterra” supuso un nuevo espacio para el lucimiento de Armando, mientras “El malo” nos recordó a esos colegas del barrio, “castigadores y ‘animales’, peleones, perversos y audaces” que algunos acabaron francamente mal por la pandemia de la maldita heroína en los celebérrimos años 80. Ya sabéis, amiguitos, con la maldad (y con las drogas duras) no se debe bromear.

A continuación, “Hermano del Rock’n’Roll” volvió al tuétano del asunto, mientras “Las Flores del Mal” nos elevó al parnaso del ROCK con enjundia. Otro instrumental “Veinte +” supuso un cierto sosiego entre guitarreos febriles y desaforados. Momento para los HIMNOS (con mayúsculas) empezando por “Concierto para ellos”, preciosa canción donde las haya, y más tralla para el cuerpo con las tonadas imprescindibles: “Con botas sucias”, “Los rockeros van al infierno”, “Satánico plan” y la soberbia “Cuerdas de Acero” fueron un póker de ases difícilmente superable. Solo quedaba poner el colofón con “Hijos de Caín” y “Resistiré” como estandartes de la rebeldía rocanrolera. ¡Casi nada!

Barón Rojo

Y para rematar la función, nuestro HIMNO por antonomasia, maravilloso, inolvidable; “Siempre estás allí” con el que pusieron la guinda de oro a un festín como no se recuerda en mucho tiempo. Incluso mejor que su “Último Vuelo” en el WiZink Center. Lástima que no les acompañara una calidad de sonido de Liga de Campeones, a la altura de un espectáculo súper inspirado y muy meritorio. El sonido fue un tanto barroco, aceptable dadas las circunstancias, pero nunca sobresaliente. Desde luego que no fue culpa de nuestros héroes, que ellos pusieron toda la carne en el asador.

Muy parcos en palabras a lo largo de toda la noche, los Barones dejaron que hablaran sus canciones y estas transmitieron como nunca…

Lo dicho, un show para relamerse y una conclusión final: “Es una pena. Solo quedamos los ‘resilientes’, como se dice ahora…”, muy buena apostilla por parte de mi amigo Carlos Gálvez (bajista en SAN FRANCISCO EXPRESS) y al que queremos enviar un fortísimo abrazo, Con él y otros amigos, compartimos un aquelarre que tardaremos mucho en olvidar.

¡¡Ya somos todos BARONES del ROCK’N’ROLL más indomable!!

Texto: Fran Llorente / Fotos: César Lorenzo

Galería de fotos completa del festival en este enlace.

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