Crítica del último disco de BON JOVI

Nov 08, 2016 por Red Hard´n´Heavy en Discos

BON JOVI: “This house is not for sale” (Island /Universal)…

Disco número 14, que se dice pronto, en la carrera de BON JOVI pero que, como nos podíamos suponer, sigue en ese tesitura totalmente fuera de los parámetros hardroqueros que les hicieron grandes hace ya demasiado tiempo. Como ocurre con sus últimos trabajos, estamos ante un buen disco de pop/rock (sí, así es), de rock generalista y 100% orientado a las radiofórmulas (y ya ni eso, que del último superhit real, “It´s my life” o “Have a nice day”, hacen ya más de 10 años)… pero poco más. Un disco de rock íntegro y maduro, por decirlo así… vale, va con segundas.

Decía el propio Jon Bon Jovi recientemente que Richie Sambora nunca iba a volver a la banda… ni falta que hace, visto lo visto, añadiríamos nosotros. Tras el compromiso, «disco fin de contrato» si lo decimos de otra manera, que fue “Burning Bridges” de 2015 (y del que de hecho os hablamos aquí), lo cierto es que esperábamos mucho más de este “This house is not for sale”. Por supuesto que nadie, absolutamente ningún viejo fan me refiero, espera nada parecido en la banda a los tiempos de “These days” para atrás, pero sólo por el nombre que llevas en la portada siempre guardas esa mínima esperanza de encontrar algo del glorioso pasado, algo que te lleve a pensar que todavía hay roqueros con inquietudes, creatividad real y con talento añejo detrás de tamaño nombre… Aún así este «This house is not for sale» supera con mucho al anterior, todo sea dicho.

Es verdad que podemos pecar de ilusos y decir que el disco no comienza nada mal, y que dentro de los ¡17 cortes en total! del álbum podemos salvar 6 o 7 canciones decentes. Cierto es que la edición normal consta de “sólo” 12, y luego hay 5 extras en la edición de lujo… de relleno lo llamaría yo, pero el marketing tiene su propia nomenclatura, ya sabéis… Y venga, reconozco que me ha gustado la portada y el toque vintage/clásico de las fotos del disco, pero no. ¡Que esto sigue sin ser BON JOVI, leñe!… perdón, el BON JOVI que nos interesa por aquí me refiero. Por cierto, todas las canciones están compuestas por el jefe Jon con la colaboración del productor John Shanks y compositores profesionales (mainstream y maduros) como Billy Falcon, pues vale.

Bueno, me voy a engañar a mí mismo y decir que efectivamente el álbum comienza de manera interesante, con dos o tres canciones que te hacen pensar que podemos tener algo en los actuales BON JOVI que aún nos lleve a comprar sus nuevos discos. Y sí, canciones como “Living with the ghost”, pegadizamente hipnótica, o el single “Knockout” (de lo mejor) tienen su punto. Incluso el tema título es roquero (de manera madura, entendamos), atractivo e interesante, y luego salvamos algún corte puntual como “We don´t run”, dentro ya del tiempo de descuento (de los temas extra, perdón), pero poquito más.

Vale, dentro del relajado tono general siempre hay canciones más suaves que se acaban pegando, como la bonita balada “Labor of love” o la casi country, y más a medio tiempo, “Come on up to our house” para cerrar (de manera bastante digna, todo sea dicho). Incluso seguro que algún corte como “Roller coaster” o “Born again tomorrow” (suavecita y modernizada en su versión de estudio pero de la que se puede sacar chicha) suenan mucho mejor en directo sin limitar la potencia ni los watios como sin duda una vez más ha marcado el mainstream, y el “superproductor” de turno, con todos sus Grammys en el CV, (y la compañía detrás que tiene que vender esto como rock a los que no les gusta el rock). Ya sabéis: esto tiene que ser material comercial para pijos “roqueros” y veteranos que escuchaban rock (blandito y generalista) cuando eran jóvenes. Y además poder presentarse este nuevo material en directo en el programa del David Letterman/Buenafuente de turno, claro.

¿Tiene “clase”, está bien tocado, suena decente, el amigo Jon canta correcto…? Sin duda que sí, pero una vez más es algo tan domesticado, soso e insustancial que después de un par de escuchas o tres se quedará seguramente en la estantería de los discos regulares para siempre. Que vale, que la marca BON JOVI habrá vendido 130 millones de discos, como remarcan mucho en la nota de prensa, y que están aquí desde 1983, pues cojonudo… pero 100 de ellos los vendieron en sus 10 primeros años y cuando eran una banda de hard rock divertida, gamberra y genial… y comercial, cierto, pero deliciosamente pegadiza y con temazo tras temazo en todos sus trabajos.

Pero amiguitos, pasaron los años, llegaron los cortes de pelo, las baladas como singles, las apariciones constantes en los 40 criminales de turno y que progresivamente los “peludos” en sus conciertos fuéramos minoría (conciertos excelentes, una cosa no quita la otra)… y ahora como mucho esto se queda pero esos “roqueros de antaño” que piensan que NICKELBACK, GREEN DAY y U2 son la quintaesencia del rock cuando maduras. O al menos hace mucho que esto ya no entra ni de refilón en la categoría de «rock duro» ni siquiera de hard rock melódico… si es que BON JOVI alguna vez hicieron algo parecido a eso.

¿Para los demás?, pues (fuera de la banda) seguiremos añorando al “borracho” Ritchie Sambora, (y dentro) al Tico Torres que le pega bien duro a la batería en directo y al David Bryan que compone/toca melodías, estribillos y superhits en vez de poner un colchón blandito de fondo para suavizar aún más el sonido actual de la banda. Una pena, pero puestos a elegir superbandas a día de hoy, yo prefiero seguir confiando en AEROSMITH o en los remozados GUNS N´ROSES, e incluso seguir esperando que los actuales EUROPE vuelven a reverdecer laureles pasados (aunque sea en su etapa bluesera/metalera de los últimos tiempos).

¿Y BON JOVI? Bueno, si acaso que sigan sacando discos intrascendentes como éste como bonita excusa para volver a salir de gira y que les volvamos a ver por Europa en breve.

Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com)